domingo, 22 de diciembre de 2013

Reflejos de Luz. Pastoral Católica en Red



CLIC AQUÍ para escuchar y descargar el audio en MP3 que hemos grabado desde ña web de Reflejos de Luz para la oración de la noche en la que Dios se acerca a nosotros como niño.



No hay sitio para María.
No hay sitio para José.
No hay sitio en ninguna casa.
No hay sitio en todo Belén.
No hay sitio para la vida.
No hay sitio para el amor.
No hay sitio para la Estrella
que viene anunciando al Sol.
No hay sitio para la gracia.
No hay sitio para la fe.
No hay sitio para María.
No hay sitio para José.

El anhelo de felicidad está inscrito en lo más íntimo de nuestro corazón. Deseamos llegar a la plenitud en el amor, y aunque la buscamos de distintos modos, al final la alegría la experimentamos imperfecta, frágil y quebradiza. ¿Es posible entonces hablar de felicidad cuando constatamos tantas miserias, sufrimientos y penas a nuestro alrededor? Pensemos, por ejemplo, en los damnificados por las lluvias, en los que celebrarán la noche de navidad en un reclusorio o en los que se encuentran sin recursos, sin ayuda y, peor aún, sin esperanza.

No obstante, la liturgia previa a la navidad nos invita a estar alegres porque nos anuncia “una gran alegría que lo será para todo el pueblo” (Lc. 2,10). 

Hay que estar alegres porque Dios nos ofrece la creación con toda su riqueza, su belleza natural y las leyes que la rigen para que nosotros la disfrutemos, la contemplemos y nuestro intelecto no se case de descubrir los secretos que la gobiernan. Hay que estar alegres porque gozamos del don más excelso que es la vida misma. La posibilidad de ser en lugar de no haber existido nunca.

Hay que estar alegres porque Dios nos concede la dicha de experimentar el amor humano, la satisfacción de ganarnos honradamente nuestro sustento, el consuelo de saber que hemos cumplido con nuestra misión o el de estar en paz con la propia conciencia.

Hay que estar alegres porque además celebramos el nacimiento del Hijo de Dios. Los distintos protagonistas de la navidad cuando entran en contacto con Dios se han llenado de inmensa alegría. El ángel Gabriel saludó a María diciendo: “Alégrate, llena de gracia”. A san José le habla en sueños y le dice que no tema recibir a María por esposa, porque el niño que nacería de ella es obra del Espíritu Santo. La noche de navidad vemos que a unos pastores que dormían al raso se les presentó el ángel del Señor y les dijo: “Os anuncio una gran alegría: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor” (Lc.2,8). La vida espiritual aumenta y corona nuestra felicidad humana. La verdadera alegría está vinculada a nuestra relación con Dios. Quien ha encontrado a Cristo en la propia vida, experimenta en el corazón una serenidad y una alegría que nada ni nadie le podrá quitar. 

La verdadera alegría es un don, nace del encuentro con la persona viva de Jesús, del hacerle espacio en nosotros, del acoger al Espíritu Santo que guía nuestra vida. Tenemos muchos motivos para estar alegres en el Señor, fuente de paz y amor.
Queremos manifestarte, Padre Dios,
nuestro mayor agradecimiento y nuestro gran gozo,
después de escuchar tan buena noticia,
que es alegría para todo el pueblo,
porque tal día como hoy nació Jesús,
tu enviado, el salvador, el que nos hace libres.
Conmemoramos dichosos
los primeros momentos de Jesús en la tierra.
Gracias, Padre, por habernos enviado
a Jesús de Nazaret, que es luz para la humanidad.
Muy contentos y sinceramente agradecidos
por la presencia de Jesús entre nosotros,
nos dirigimos a ti, Padre de Jesús y Padre nuestro,
para demostrarte nuestro cariño filial
con este canto de bendición.

Todos los días de nuestra vida
pero hoy de modo muy especial
debemos darte las gracias y bendecir tu nombre, Padre,
por el inigualable privilegio de haber conocido a Jesús.
Nació en una humilde familia de pueblo,
creció en un ambiente de sencillez y trabajo,
de sus padres aprendió a recogerse en oración
a respetarte y a quererte.
Pasó por este mundo haciendo el bien,
sembrando buenas ideas y repartiendo calor humano,
transmitiendo su fe en Ti y en la humanidad.
Por su medio hemos sabido, Dios y Padre nuestro,
que eres todo bondad y amor
y que es eso lo que quieres que seamos nosotros,
que no busquemos ser servidos sino servir,
ser útiles y aportar nuestro grano de arena
a la construcción de un mundo mejor.

Vino a los suyos y solo unos pocos lo aceptaron.
Por predicar el amor y anunciar la verdad
lo condenaron a muerte.
Pero Tú, su Padre, lo acogiste con cariño
y hoy vive entre nosotros.
Esa es nuestra fe en tu hijo Jesús.
Celebrar conscientemente la navidad nos compromete.
Hemos de hacer llegar su mensaje de vida y libertad
a todos los hombres y todas las mujeres,
de buena voluntad que habitan hoy la tierra.
En esta fecha tan familiar y señalada,
recordamos a cuantos no están ya entre nosotros,
y que con seguridad disfrutan ya de tu compañía.
Bendito seas, Padre santo, queremos honrarte
y más unidos que nunca a tu hijo Jesús
que nos acompañó en la historia,
te ofrecemos nuestras vidas
para que sean a tu mayor gloria.
Haciendo CLIC AQUÍ podréis descargar una oración para el día 23 de diciembre
1. Vive con ENTUSIASMO estos días de Navidad: ¡Dios ha bajado a la tierra! Envía un SMS y pon: «Dios ha nacido: feliz Navidad».

2. Exterioriza PÚBLICAMENTE lo que crees y sientes: ¡Cristo ha nacido! Cuelga en el exterior de tu casa un símbolo cristiano.

3. Tú, como Jesús, también te puedes hacer pequeño en estos días y ser la alegría de alguien: visita a algún enfermo, ejerce la caridad, ayuda en alguna residencia de ancianos.

4. Intercambia regalos con tus familiares y amigos, pero no hagas excesos. El amor se expresa con pequeños detalles.

5. Demuestra la ALEGRÍA cristiana de estos días. No olvides contar villancicos en la sobremesa de la nochebuena o siempre que tu familia esté reunida. Ilumina, además de tu interior, el exterior de tu domicilio. Dios, que está en ti, también habla a través de lo que tú haces.

6. Que no falta el belén, o por lo menos la figura del Niño Jesús, en tu hogar. La imagen del Niño, en Navidad, es tan imprescindible como un balón en un partido de fútbol. ¡Cuántos hay que juegan a la Navidad «sin el esférico de Jesús de Nazaret»!

7. Participa en las celebraciones de tu parroquia. Ofrécete para los distintos ministerios. Tú, como los pastores, también puedes ofrecer algo de tu pan, leche o miel.

8. ADORA al Señor. Visita diferentes belenes instalados en parroquias, plazas o lugares públicos. Explica a tus pequeños, si los tienes, el sentido de la Navidad.

9. REZA con emoción contenida, ante la llegada de un Dios tan divino y humano. ¿Sirve algo una mesa en la que no se coma? ¿Sirven de algo unas navidades en las que no se rece?

10. FELICITA, con lenguaje y símbolos cristianos ’ el acontecimiento que es la razón y el ser de estos días: ¡DIOS HA NACIDO! ¡ALELUYA!
Haciendo clic en ESTE ENLACE podréis descargar la oración comunitaria para este 4º Domingo de Adviento.
Pulsando en este enlace podréis descargar una celebración de Nochebuena.


Importante hacer CLIC AQUÍ para informarte de algo MUY IMPORTANTE.
INGREDIENTES: 

FAMILIA (es aquí donde todo comienza)
AMIGOS (nunca deben faltar)
PACIENCIA (la mayor cantidad posible)
LAGRIMAS (secarlas todas) 
SONRISAS (las más variadas)
PAZ (en gran cantidad)
PERDÓN (muchísimo y de diversas maneras)
ENEMIGOS (de ser posible, ninguno)
ESPERANZA (no perderla jamás)
CORAZÓN (mientras más grande, mejor!)
AMOR (puede abusar) 
CARIÑO (importante!!!)
SUEÑOS E ILUSIONES (todos los que tengas)
AGRADECIMIENTO (por nada del mundo podría faltar)
DIOS (es la esencia de la receta)

MODO DE PREPARAR:
Reúne a tu familia y tus amigos. 
Olvídate de los momentos de rabia y desesperación pasados.
Si necesitas, usa toda tu paciencia.
Seca las lágrimas y sustitúyelas por sonrisas.
Junta la paz y el perdón y ofrécelo a tus enemigos.
Deja que la esperanza crezca en tu corazón. 
Agregar a la mezcla anterior, todo el amor y el agradecimiento que tengas y muchísimas ganas y cariño.
Poco a poco ve incorporándole a la receta, tus sueños y tus ilusiones.
Y colocándolo al calor de tus esperanzas, encomienda todo a Dios. 

RECORDAR:
No siempre los ingredientes de la vida son gustosos, por lo tanto hay que saber mezclarlos como se van ofreciendo y presentando, y hacer con todo un plato de buen sabor. ...Y no se olviden de tener cerca todos los días esta receta. Aunque algunos ingredientes en estos tiempos parecen difíciles de conseguir podemos obtenerlos con un poco de esfuerzo y si mezclamos bien nuestro plato será único e inolvidable.

Entonces: 

¡Manos a la obra! 

Puedes empezar hoy y recordar siempre este día ya que es posible renacer y hacer de nuestra vida una vida diferente... 
No depende de otros... 
No depende de lo que tengas o de lo que te falta... 
Solamente depende de ti y de tu amor por la Familia.
Te regalo a mi Santísima Madre, para que sea tu Madre.
Te regalo mi alegría para que tengas una fuente inagotable de paz.
Te regalo mis fuerzas para que te sostengas en tu cansancio cuando sirvas a los demás.
Te regalo la quietud de la noche bendita de mi nacimiento para que llenes tu alma de paz.
Te regalo mis ojos para que con ellos puedas dar una nueva mirada a este universo que puse a tu servicio.
Te regalo mi caridad para que sientas el anhelo de trabajar por los desposeídos y de compartir tu pan con los hambrientos.
Te regalo mi amor para que lleno tu corazón de él, puedas prodigarte a los demás.
Te regalo mi paz para que con tu buena voluntad des gloria a Dios.
Te regalo mi humildad para que desde tu condición de hombre, estés dispuesto a crecer y superarte.
Te regalo la mula del establo para que calientes con tu fervor.
Te regalo mi sencillez para que puedas llegar al Reino de los Cielos.
Te regalo la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar y mi valentía para cambiar las que puedo.
Te regalo mis ángeles para que te enseñen a ser mensajero de paz.
Te regalo las caricias de mis manos para que te consuelen y alienten.
Te regalo las lágrimas de mi madre como bálsamo de tus penas.
Me quedo contigo.
Te regalo la miel que llevaron los pastores para que endulces la vida de los tuyos con cariño y generosidad.
Te regalo mi humildad para engrandecerte.
Te regalo mi estrella para que te muestre el camino que a mí conduce.
Te regalo la música para que como ella alegra, tu también logres dar gozo a los demás.
Te regalo mis lágrimas para que laves con ellas tus pecados.
Te regalo la luz de mi mirada para que guíe tus pasos.
Te regalo mi misericordia para que con ella juzgues a tus hermanos.
Te regalo mi alegría para que con ella contagies al mundo.
Te regalo mi ternura para que con ella sirvas a los pequeños y a los necesitados.
Te regalo mis manos para que con ellas construyas mi Reino.
Te regalo mi amistad para que en ella te apoyes.
Te regalo mi paz para que la contagies a todos los que crucen en tu camino.
Como la estrella iluminó el camino de los reyes, recibe la luz de mi amor para que la irradies a los demás.
Te regalo mi hombro que sostuvo la cruz del pecado de la humanidad para que te ayude a cargar tu cruz.
Te regalo mi pesebre para que en él repose tu corazón.
Te regalo el perdón para que como un bálsamo sane el rencor y cada ofensa que guardes en tu corazón y así en paz contigo mismo me ofrezcas lo mejor de ti.
Te regalo mi amor para que sea la prenda de tu felicidad.
Te regalo el sol para que así como él alumbra al mundo, alumbres tú la vida de tu familia y tus amigos.
Te regalo mis pies para que te guíen por el camino de la verdad.
Te regalo mi amor para que sea la prenda de tu felicidad.
Te regalo mi boca para que con ella denuncies la injusticia.
Te regalo mis llagas para que te conforten en tu dolor y crezca en ti la esperanza.

Si dejas a Dios entrar en tu vida, esté como esté...
Si decides amar a los que te rodean, te caigan bien o mal...
Si acoges a los emigrantes como hermanos e iguales...
Si compartes lo que eres y tienes con quienes te necesitan...
Es Navidad, vives la Navidad.

Si dejas a Dios desmantelar tu vida, te guste o no...
Si te tomas tiempo para estar con quienes solos están...
Si te abres al perdón y la reconciliación...
Si aportas luz a quienes andan buscando o perdiéndose...
Es Navidad, vives la Navidad.

Si dejas a Dios cargar las cargas que te hunden...
Si das lo mejor de ti sin hacer ruido y gratuitamente...
Si te aligeras de méritos, normas y compromisos...
Si eliges estar con los que nadie quiere estar...
Es Navidad, vives la Navidad.

Si dejas a Dios ser el sereno de la historia...
Si los rostros anónimos recuperan sus rasgos y nombres...
Si sabes detenerte donde señalan las estrellas...
Si acoges y das toda esa ternura que te llega...
Es Navidad, vives la Navidad.

Si dejas a Dios ser Dios como a él le gusta...
Si en silencio buscas luz, verdad y vida...
Si ningún camino te parece definitivo,
pero en los que eliges buscas su encuentro y rostro...
Es Navidad, vives la Navidad.

Florentino Ulibarri
Hoy, Nochebuena, tenemos, de manera especial y como centro de nuestra
comunidad a Jesucristo.

Gracias Padre, por que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo.
Señor, te damos gracias.

Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos.
Señor, te damos gracias.

Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios.
Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás.
Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir,
Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti.
Señor, te damos gracias.

Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús.
María, te damos gracias.

Gracias Padre por esta Noche de Paz, Noche de Amor, que Tú nos has dado al darnos a tu Hijo, te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar, y bendigas las manos que los prepararon, por Cristo Nuestro Señor, AMÉN

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